Sin ella nada sería lo mismo
No puedo seguir hablando de fútbol sin antes dedicarle
unas líneas a la protagonista de todo esto, un objeto sublime al que muchos, incluyéndome, lo amamos con locura, sin ella estas palabras serían solo relleno
en este blog, sin ella los amantes del fútbol tendríamos fines de semanas
grises, cuando ella no está en esos dos o tres meses por año hasta el más
pequeño la extraña. No hay mejor sobrenombre para ella que el que le dio Quique
Wolff, le coloco “la caprichosa” un apodo que se adecua perfectamente a su protagonismo
dentro de este hermoso deporte, porque aunque muchos quieran adueñarse de ella
para utilizarla para su propio beneficio, ella es solo de los que la respetan
y tratan bien como a esa dama irresistible que muchos hombres anhelan tener a su lado.
Cada vez que ella gira el planeta se detiene, podrá
venir en diferentes colores y presentaciones pero benditos aquellos que saben
tratarla y conocen la forma de que ese objeto llamado “balón” nos permita seguir
viviendo muchas alegrías y como dijo el Diego, un gran amigo de la caprichosa, “la
pelota no se mancha”.
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